Un estudio demuestra que había letrinas en los segundos pisos de los hogares de Pompeya
Un estudio reciente confirma que los habitantes de la antigua ciudad de Pompeya no se limitaron a la fontanería a nivel de calle, de hecho, muchos en la ciudad podían haberse dirigido al piso de arriba de sus hogares para aliviar la llamada de la naturaleza.
La mayoría de los pisos superiores de la ciudad de romana fueron destruidos después de la erupción del Vesubio que arrasó Pompeya en el año 79. Sin embargo, las tuberías verticales que conducen a las segundas plantas de los edificios sugieren que una vez hubo baños. Según un nuevo análisis realizado por A. Kate Trusler, un candidato doctoral en antropología de la Universidad de Missouri: “Tenemos 23 baños que están conectados a estas bajantes“, declaró el antropólogo a LiveScience Trusler el pasado viernes 4 de enero durante la reunión anual del Instituto Arqueológico de América en Seattle, donde presentó su investigación.
Trusler se empezó a interesar en las letrinas de Pompeya hace seis años, mientras hacía trabajos de campo en la ciudad. Las anteriores investigaciones habían coincidido en que en Pompeya se podía encontrar un inodoro en casi todas las casas. Sin embargo, los resultados que apoyaban esa teoría eran confusos. Al pasear por la ciudad, comentaba Trusler, había evidencias de la existencia de retretes en muchos de los hogares, mientras que en otros parecía no haber ni rastro de un espacio para el aseo.
“Y“, agregó Trusler, “existen todas estas bajantes que forman parte de la imagen global de la ciudad que nadie está realmente considerando“.
Así Trusler decidió llevar a cabo estudios de fontanería, de cartografía de los lugares con letrinas y tuberías verticales de toda la ciudad. Un distrito residencial, conocido por los arqueólogos como la Región 6, tiene baños en todas las plantas inferiores de los hogares. Pero en otras zonas los bloques contenían pocos baños. En total, el 43 por ciento de los hogares en la ciudad contaba con letrinas en la planta baja, señaló Trusler.
Las bajantes son los elementos que conforman la mitad del hallazgo. Estos tubos verticales, por lo general de terracota (arcilla modelada y endurecida al horno) se encuentran concentrados en la parte más antigua de la ciudad, donde había muchos talleres y pequeñas empresas hacinadas en cuartos cercanos. Un total de 286 tubos recorren las paredes de estos edificios, que en su mayoría van dirigidos a los segundos pisos de las casas.
Al raspar el interior de las tuberías obtuvieron material fecal y restos de parásitos intestinales, lo que probaba un evidente uso evacuativo. La instalación de cañerías en la parte de superior de las viviendas ofrece una ventana a la vida cotidiana de Pompeya, comentaba Trusler.
“Las características de saneamiento pueden decirnos mucho sobre lo que hacía la gente en los pisos superiores“, puntualizaba. “Lo que sugerimos es que la gente vive allí“.
La mayoría de las bajantes fueron instaladas probablemente durante entre los siglo I a.C. al I d.C., declaró el arqueólogo, al mismo tiempo que se desarrollaba en la ciudad un sistema de bombeo de agua. Como apunta Trusler “Nosotros realmente tenemos unos sistemas de cañerías y de desarrollo urbano basado en Pompeya“.
Extraído de esta web
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